La provincia cumple con estándares ambientales nacionales e internacionales.
La ministra de Ambiente y Cambio Climático, María Inés Zigarán, visitó la Planta de Tratamiento de Residuos Peligrosos, para conocer la operación del moderno proceso de tratamiento y gestión integral de residuos patógenos de la provincia. Estuvo acompañada del secretario de Calidad Ambiental, Gastón Cingolani; y de la directora de Residuos Especiales y Pasivos Ambientales, Marina Giordana, quienes se encuentran a cargo de fiscalizar los procedimientos que allí se llevan adelante.
«La Planta de Tratamiento de Residuos Patógenos constituye un hito ambiental en la provincia», refirió Zigarán, quien además explicó que esta infraestructura cumple con estándares nacionales e internacionales propuestos para la gestión integral de estos residuos.
Se trata de una Planta construida también gracias a las gestiones del Ministerio de Salud desde donde se facilitaron acuerdos institucionales y procedimientos administrativos para validar el proyecto.
En este sentido, la titular de la cartera ambiental destacó el trabajo de los organismos provinciales intervinientes, tanto Salud como Ambiente. «Desde el Gobierno de Jujuy venimos trabajando hace tiempo para poder garantizar el tratamiento adecuado de todo tipo de residuos, no sólo los sólidos urbanos por medio del proyecto GIRSU, sino también los especiales y peligrosos. Y esta Planta justamente nos permite gestionar los patógenos que antes tenían un tratamiento primario y ahora uno que se ajusta a los más altos estándares internacionales».
Estuvieron presentes, además, el presidente de LIMSA, Antonio Casali; el responsable de la Planta, Matías Casali; Juan cordero, operador de la Planta; Juan Calapeña, representante técnico ambiental; y Martín Alonso, responsable de la Unidad de Salud Ambiental.
La planta de Tratamiento de Residuos Peligrosos cuenta con dos tipos de tecnologías: por un lado un autoclave y, por el otro, un horno pirolítico. El primero de estos dos equipos trabaja con presión de vapor, inertiza y esteriliza los residuos patogénicos para eliminar su capacidad infecciosa y volverlos inactivos; luego son trasladados a disposición final.
El horno pirolítico por otro lado, es utilizado para incinerar una fracción de estos residuos, y para el tratamiento de otras corrientes de material peligroso, como por ejemplo los medicamentos vencidos, dañados o en desuso, envases vacíos de fitosanitarios Tipo B; es decir, aquellos que no pueden ser descontaminados y por eso no se pueden recuperar.
Además, también se están estudiando opciones para abordar la gestión adecuada de las colillas de cigarrillos.