La segunda quincena de enero registró un notable movimiento turístico en la Provincia de Jujuy, con un balance estadístico que refleja una tendencia positiva y creciente en la actividad turística en contexto nacional.
Según los datos recopilados, la ocupación general alcanzó más del 50%, lo que muestra un crecimiento estable en comparación con otros periodos. En este sentido, el ministro de Cultura y Turismo de Jujuy, Federico Posadas, destacó que, si bien al principio de la temporada hubo pocas reservas, el turismo espontáneo marcó la diferencia.
En cuanto a los indicadores relevantes, se registraron un total de 359.012 pernoctes y 130.037 turistas, con una estadía promedio de 2,76 noches, lo que evidencia el atractivo de la provincia para quienes deciden explorar y disfrutar de sus diversas ofertas turísticas.
Por regiones, la Quebrada lideró la ocupación con 59,7%, seguida por la Región Valles con 58,8%. Las regiones de Yungas y Puna registraron ocupaciones de 40,9% y 35,4%, respectivamente. A nivel provincial, la ocupación se mantuvo en un 56,2%, lo que refleja una distribución equilibrada entre las diversas áreas turísticas de Jujuy.
Posadas hizo hincapié en cómo se logró romper la estacionalidad, destacando que el verano (anteriormente considerado temporada baja), se convirtió en temporada media o alta, gracias al crecimiento sostenido de la actividad turística: “Estos indicadores nos muestran que la expectativa en la oferta también crece y es cada vez más alta, sobre todo en términos de ocupación y recurrencia. Es un equilibrio en el que trabajamos constantemente“.
Además, resaltó las múltiples experiencias que ofrece la provincia, como caravanas con llamas, trekking, y la exploración de los majestuosos paisajes de las Salinas Grandes, el Hornocal y el Cerro de los 7 Colores en Purmamarca. También mencionó el auge del enoturismo, con nuevas bodegas que combinan la ruta del vino con la gastronomía jujeña, un atractivo que sigue ganando popularidad.
En términos económicos, aseguró que Jujuy ha logrado recuperar al turismo internacional y que, frente a destinos como Buenos Aires o la Patagonia, se presenta como una opción más económica, lo que ha tenido un impacto positivo en el sector.
Sin embargo, también destacó una segmentación en el tipo de turista: “mientras que los servicios de alta gama, como hoteles y restaurantes de mayor nivel, están funcionando bien, los establecimientos de menor categoría han experimentado una mayor restricción“.