Luces y sombras de un hombre poderoso

Jorge había nacido en 1931 en una familia de inmigrantes sirios que se instaló en Perico y que se hizo próspera con el negocio de la carne.

En 1959 con solamente 26 años, dio el salto que lo llevaría a convertirse en el poderoso empresario que no sólo amasó fortuna sino un envidiable poder político: adquirió al periodista Ramón Luna Espeche el diario Pregón, herramienta que supo direccionar y adaptar a los avatares de las distintas épocas con indiscutible habilidad, logrando que por muchos años su medio se llevara las tajadas más grandes de la publicidad oficial.

Hasta 1981 en que se fundó El Tribuno de Jujuy, el diario de Jorge ejerció una sólida hegemonía, contra la que se estrellaron numerosos proyectos periodísticos y por décadas fue el único diario de los jujeños, ejerciendo no poca influencia en la vida política y cultural de la Provincia.

En los años 60, las relaciones con el gobernador Horacio Guzmán (MPJ) le dieron no sólo una banca en la Legislatura dentro de la UCRI –haciéndolo el diputado más joven de la historia jujeña- sino también el acceso a cuantiosos recursos del Estado para construir y poner en funcionamiento el emblemático Hotel Internacional, cuyo edificio fue uno de los primeros de varios pisos que tuvo San Salvador de Jujuy.

Su público llamado a los electores a que se hagan los “michis” y reciban con una mano las dádivas del oficialismo peronista y con la otra lo votaran a él, ha quedado como una expresión de sinceramiento político pocas veces visto en Jujuy.

En 1987, Annuar Jorge volvió a la política, aliado con algunas figuras del justicialismo y del radicalismo en una nueva estructura que generó expectativas pero pasó sin pena ni gloria: el Movimiento de Unidad Renovador (MUR). Si bien no le alcanzó para cumplir el sueño de sentarse en el Sillón de Fascio, quedó posicionado como una figura expectable dentro de la decadencia de la dirigencia de la época. Las cinco bancas ganadas por el MUR en la Cámara de Diputados sirvieron al empresario para triunfar en escandalosas negociaciones que terminaron catapultándolo a senador nacional, cargo que ejerció por espacio de un año entre 1988 y 1989.

Su público llamado a los electores a que se hagan los “michis” y reciban con una mano las dádivas del oficialismo peronista y con la otra lo votaran a él, ha quedado como una expresión de sinceramiento político pocas veces visto en Jujuy, seguramente más allá de lo que pretendía el empresario al pronunciarlas.

Annuar Jorge, sin embargo, practicó una sinceridad mucho más explícita con los periodistas del diario, a los que indefectiblemente culpaba por sus yerros políticos y empresariales. Son memorables y de triste recuerdo los episodios de destrato a los empleados, con los que mantuvo siempre una relación difícil, favorecida por la ausencia sindical, en la que también asomaban tensiones por los bajos salarios aunque la historia de Pregón no registra más de un par de huelgas en varias décadas.

Hombre apasionado, trabajador, emprendedor, pudo irse después de cumplir grandes sueños materiales por los que seguramente va a ser recordado en el escenario de la vida pública jujeña y que son, en definitiva, los que más cuentan en la despedida a los poderosos.