Recomendaciones de cuidados para acompañar y orientar a adolescentes y jóvenes.
“Siempre el fin de año es una etapa que se suele asociar a un fin de ciclo, tenemos el inicio de las vacaciones y las fiestas. Puede ser también un momento introspectivo, que puede generar el análisis de muchas situaciones en las adolescencias, el cambio de año, el comienzo o fin de una etapa, las vivencias a lo largo de estos meses, las distintas situaciones que se atraviesan pueden despertar algunas problemáticas de salud mental que es importante abordar a tiempo y de forma oportuna”, explicó el secretario de Salud Mental, Adicciones y Discapacidad, Agustín Yécora.
“Durante muchos años, los adultos consideramos a los adolescentes desde la mirada adulta e interpretamos que nuestra generación fue mejor, cuando en realidad es una etapa de la vida muy dinámica, muy cambiante, donde ocurren muchas cosas por primera vez, no solo fisiológicas o biológicas sino también vivenciales como las primeras parejas, peleas, nuevos amigos y diferentes momentos que van generando en este desarrollo dinámico integral un montón de situaciones que los pueden poner en riesgo mientras buscan participar, sentirse entre pares”, agregó.
“Muchas veces miramos a los adolescentes creyendo que están equivocados, que lo que proponen y hacen es erróneo y no nos damos cuenta que frente a un problema grave, uno de cada tres adolescentes no lo habla con nadie; esto quiere decir que no nos ven como referentes a quien acudir, a quien contar sus problemas y somos nosotros como adultos los que tenemos que buscar alternativas para incorporarnos o entender su lógica para una comunicación cercana y empática y poder acompañarlos, estar más cerca”, remarcó Yécora.
En ese sentido, recordó que ante situaciones de cambios vitales es normal sentir por momentos angustia, ansiedad, irritabilidad, miedos, preocupaciones. “Es factible vivenciar todo esto y no quiere decir que se trate de una enfermedad de salud mental. Sin embargo, si no podemos contarlo, no tenemos quien nos escuche esto se puede agravar, llevar a sentirnos solos y no pedir ayuda, por eso es tan importante estar presente”, afirmó.
“Desde que somos concebidos como seres humanos hasta nuestro ultimo día, necesitamos de otra persona para vivir. La salud mental es una construcción colectiva, es imposible pensarnos solos, aislados en el mundo; vamos atravesando el mundo a través del contacto con otras personas”, sostuvo Yécora y apuntó que “pedir ayuda no es un acto de debilidad, es una gran valentía. Primero, porque baja la intensidad de lo que la persona está sintiendo y le recuerda que no está sola. Además, si llegamos a detectar una situación de riesgo que requiera atención especializada, contamos con el sistema de salud con numerosos servicios para consultar y acceder”.
“Podemos acercarnos a consultar cuando uno siente que lo habitual o lo que normalmente disfruta no se disfruta; cuando hay enojo desmedido; reacciones exageradas o no habituales; cuando disminuye el propio cuidado con la alimentación, la higiene o el sueño, por ejemplo; cuando se empieza a consumir alcohol o sustancias; cuando se modifican los hábitos. Es importante consultar: no necesariamente se trata de un problema de salud mental, pero sí nos va a permitir abordar la sintomatología, disminuir el malestar y evitar enfermarse”.
“Las principales herramientas preventivas que tenemos en salud mental son escuchar y dar un abrazo. En el caso de adolescentes, los adultos debemos buscar cómo ser referentes afectivos, escuchar más que hablar, buscar espacios, los minutos para preguntar como están, hacerles saber que nos importan, valorar sus logros y no poner tanto énfasis en recomendaciones e indicaciones que a nosotros nos sirven pero que pueden sentirse como exigencias; todo lo que nos permita lograr un diálogo más empático”, precisó Yécora.
“En nuestra cultura se entiende consumo como paso a la adultez. Además, las Fiestas están asociadas al aumento del consumo y por ello, debemos trabajar en estrategias de reducción de riesgos y daños, evitar exponernos a situaciones de riesgo porque el objetivo es pasarla bien y no lamentar situaciones vinculadas al consumo como accidentes de tránsito, embarazos no intencionales, peleas. Es una época en la que se consume y mucho, y por ello se debe tratar de seguir con los cuidados: hidratarse con agua, dormir bien, evitar consumos excesivos”.
Frente a mensajes que insisten con “sentirse bien”, especialmente en el final del año, Yécora explicó: “que algo no salga como esperamos es parte de la vida; no hay nadie que gane más veces que las que pierde. La presión del éxito continuo nos expone a que las situaciones no salgan como las esperamos y debemos tener presente que la única forma de aprender es hacer cosas. Es un proceso que nos deja aprendizaje y experiencia en el cual no estamos solos. No tenemos que resolver todo. Hay muchas formas de hacer las cosas y mientras más acompañados estemos, más chances tenemos de resolver cada situación”.

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