La expulsión de mujeres patriotas acusadas de espionaje, en 1814
22 de julio de 1814: El Cabildo de Jujuy se reúne para tratar la expulsión de mujeres patriotas acusadas de espionaje. El castigo había sido dispuesto por el jefe realista Joaquín de la Pezuela en junio de ese año pero al parecer la orden no había sido cumplida en forma completa y los miembros del ayuntamiento recibieron instrucciones de verificar si las familias alcanzadas por la sanción habían abandonado la ciudad.
Los hechos quedaron registrados en varias actas del Cabildo, donde se evidencia la intranquilidad con que la medida fue recibida por las autoridades locales, las que en todo momento aclaran que cumplían órdenes de Pezuela.
Inicialmente las mujeres debían marchar a pie hasta Tarija pero luego el castigo se morigeró por pedido de algunos miembros del ayuntamiento y se las obligó a retirarse hasta Huacalera.
La derrota de Pezuela dejó sin efecto la sanción y las mujeres pudieron regresar a la ciudad, ayudadas por los gauchos que expulsaron a los realistas en esta invasión a Jujuy y Salta.
Años después, al escribir sus memorias, Pezuela recordó que las mujeres ejercieron un perjudicial espionaje que permitió a los jefes patriotas tener detallada información de lo que ocurría en las fuerzas del rey. “A todas estas ventajas que nos hacen los enemigos –señaló- se agrega otra no menos perjudicial que la de ser avisados por horas de nuestros movimientos y proyectos por medio de los habitantes de estas estancias y principalmente de las mujeres relacionadas con los vecinos de aquí [Jujuy] y Salta que se hallan con ellos, siendo cada una de estas un espía vigilante y puntual para trasmitir las ocurrencias más diminutas a este ejército”.
La derrota de Pezuela dejó sin efecto la sanción y las mujeres pudieron regresar a la ciudad.