Los Reyes Magos en Jujuy: celebración que amalgama culturas
La celebración de los Reyes Magos en Jujuy expresa el sincretismo del culto católico y la cultura de los pueblos nativos en torno al nacimiento del Niño Dios, un fenómeno muy visible en las adoraciones que han llegado hasta nuestros días.
Estos misteriosos personajes bíblicos son infaltables en los tradicionales pesebres que se montan para Navidad, en iglesias o casas, para representar el tierno momento en que Jesús llegó al mundo.
Según la tradición cristiana, eran tres sabios que guiados por una gran estrella llegaron a Belén para adorar al Mesías recién nacido. Venían en camellos y traían sugestivos regalos para el bebé: oro, incienso y mirra, elementos que simbolizaban su condición de divinidad y realeza, y la predicción de que sería el futuro redentor de la Humanidad.
En los pesebres jujeños, la llegada de los Reyes Magos marca la culminación de la Navidad y con ello, las últimas adoraciones del año, después de casi un mes de recorrer con danzas y cantos los lugares donde se representa el nacimiento.
El 6 de enero es el tiempo que evoca a los célebres viajeros procedentes de Oriente, que al parecer eran sabios y no monarcas, y que “vuelven” del pasado, pero esta vez con una misión más y muy importante que cumplir, que es llevar obsequios a todos los niños del mundo.
De ahí que en la víspera del día esperado, los chicos pongan junto al pesebre o árbol de Navidad sus zapatitos o el calzado que tengan, para recibir los presentes que por la noche sigilosamente les dejarán los Reyes Magos. Es costumbre también que junto al calzado, se deposite pasto fresco y agua para los camellos que como en Belén, llegarán exhaustos y sedientos después de las largas travesías.
Los Reyes Magos llegaron a los pueblos de la actual Sudamérica con los españoles, que ya en el siglo XII los llamaban Melchor, Gaspar y Baltarsar, como lo atestigua el “Auto de los Reyes Magos”, la pieza teatral más antigua que se conserva en lengua castellana. Pero San Francisco de Asís fue quien inspiró a los cristianos a celebrar la Navidad con pesebres que reconstruían con la mayor fidelidad posible el humildísimo lugar donde nació Jesús y donde lo adoraron estos personajes con extraños turbantes.
Algunos estudios de Antropología Cultural señalan que las adoraciones al Niño Dios que se practican desde antiguo en algunos lugares de Jujuy se nutren de la tradición cristiana, a la vez fusionada con la cultura de los pueblos nativos. Así lo deja ver la presencia de instrumentos musicales autóctonos, como sikus y quenas, en las bandas que acompañan a los niños y jóvenes adoradores y en algunas danzas que tienen reminiscencias ancestrales de los tiempos prehispánicos.