Gobierno nacional -Este jueves se conoció el impuesto a la renta financiera, los aumentos de transporte, luz y gas y la caída de la actividad económica.
A primera hora del día fue el impuesto a la renta financiera, publicado en el Boletín Oficial. Pasado el mediodía fue el turno del anuncio de casi el 40% de aumento del boleto del transporte del área metropolitana. Un rato después, el INDEC oficializó una caída del 4% de la actividad económica en octubre, con baja acumulada de siete meses consecutivos. Entrada la tarde, la noticia pasó por el incremento del 55% escalonado para el próximo año en las tarifas de energía, y del 35% en el servicio del gas.
Con Mauricio Macri de vacaciones desde el fin de semana pasado, el Gobierno concentró todas las malas noticias entre Navidad y fin de año, el más difícil de la era M, un par de meses antes del inicio de la campaña electoral.
El Gobierno empezó a preparar el anuncio de aumento de trenes, colectivos y subtes del área metropolitana desde hace más de una semana. El ministro Guillermo Dietrich, la voz principal de la conferencia de prensa de esta tarde en el Ministerio de Hacienda, se pasó toda la mañana del jueves en reuniones con sus equipos técnicos.
Según la evaluación de la Casa Rosada, los incrementos en el transporte, más allá de la obvia impopularidad de la medida -en medio de la crisis de la economía-, eran inevitables. Por eso la decisión de anunciarlos hacia el final del año. Alejados de la contienda electoral, aún cuando las subas tendrán impacto escalonado durante la campaña. El mismo razonamiento estratégico aplicó para las tarifas de luz, de gas y el impuesto a la renta financiera.
Nada sorpresivo. En esta misma época, un año atrás, el Gobierno oficializó en conferencia de prensa -Marcos Peña, Luis Caputo, Nicolás Dujovne y Federico Sturzenegger- estuvieron al frente del anuncio- cambios en las metas de inflación para el 2018: del 12% al 15%, incluso muy por debajo del casi 50% en el que cerrará el año.
En las oficinas de la Jefatura de Gabinete había esta tarde, como de costumbre, un llamativo optimismo. Dejaban trascender que los cuatro objetivos trazados para el cierre del año se habían cumplido, a costa incluso de mayor ajuste e impacto, por caso, en los números de la pobreza. A saber: «La aprobación del Presupuesto, la realización del G20, estabilidad macroeconómica y paz social».
Para el último objetivo, el Gobierno apeló a aumentos a beneficiarios de planes sociales y un bono de fin de año para la clase media, la porción de la sociedad en la que anidan buena parte de los votos de Cambiemos, y la más castigada por el ajuste del programa económico. Solo un paliativo: según la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), el consumo minorista cayó un 9% y fue la peor venta de Navidad en más de 10 años.
Hoy al mediodía, el jefe de Gabinete encabezó un almuerzo de fin de año con buena parte del gabinete. Faltaron con aviso la vicepresidenta, Gabriela Michetti, y los ministros Nicolás Dujovne y Germán Garavano. Hubo repaso de anécdotas personales. No hubo tiempo para el brindis. Dietrich se escabulló un rato antes, cruzó a Hacienda y anunció las subas en el transporte.