Milagro Sala – Jujuy – Fueron escritos en 2008 y 2009 por un miembro de la mesa chica de la Tupac Amaru, hoy testigo protegido. Se tratan de cuadernos agenda Ledesma que fueron aportados el año pasado al Ministerio Público de Acusación de Jujuy por un testigo arrepentido, quien fue parte de la mesa chica de Milagro Sala.
Los cuadernos de Oscar Centeno, que desataron una ola de allanamientos, ex funcionarios K y empresarios detenidos y otros arrepentidos –que llegan hasta el propio primo de Mauricio Macri, Ángelo Calcaterra– han sacado a la luz otras historias, otros cuadernos, pero esta vez sobre Milagro Sala.
Se tratan de cuadernos agenda Ledesma que fueron aportados el año pasado a la Justicia –al Ministerio Público de Acusación de Jujuy– por un testigo arrepentido, quien fue parte de la mesa chica de Milagro Sala en la Tupac Amaru.
Esos cuadernos –escritos en 2008 y 2009– fueron dados por este testigo arrepentido a Rosario Agostini, periodista de Jujuy Online Noticias y Radio Trentina, quien, en diálogo con Clarín, cuenta los detalles de la causa y, por el conocimiento de su investigación, asegura que se trata del mismo modus operandi que lo revelado en el caso de Oscar Centeno.
«Estos cuadernos estaban en manos de una persona muy cercana a Sala, en su momento de la mesa chica, que cuando se fue de la Tupac quemó algunos registros –cuadernos, fotos, planillas– y otros quedaron en su poder, como estos cuadernos que entregó el año pasado como testigo colaborador en el marco de una causa de lavado de activos. Cuando me los dio le dije que los aportara a la Justicia», explica Agostini. La información fue revelada primero por Jujuy Online.
La periodista añade que estos cuadernos tienen el registro de la plata que entraba a la Tupac: por ejemplo, el día que supuestamente debían cobrar de Luis Cosentini, quien era presidente del Instituto de Viviendas y Urbanismo de la provincia de Jujuy (IVUJ), y luego Ministro de Infraestructura; o también cuándo y cuánto debían pagar presuntamente a empresarios, como el caso de Guillermo Fiad, también investigado y que aparece nombrado en los cuadernos. Además hay nombres de ex concejales del FpV.
Para entender estos cuadernos, Agostini contextualiza que hay tres causas que orbitan alrededor de Sala: «Una megacausa que investiga el destino de 1.200 millones de pesos que mandaba De Vido a través de José López para la construcción de viviendas, de las cuales se tenían que hacer 1.850 casas que no están y otras 500 de las que se hizo una parte y nunca se terminaron. Además recibieron el giro de la plata de ajuste por inflación que se cobra al finalizar la obra que en este caso nunca hicieron». Esa causa, dice Agostini, está en discusión entre la Justicia Federal y la local.
«Luego –agrega– una segunda causa, conocida como ‘Pibes Villeros’, que eran giros que también venían del ministerio de De Vido destinados a mejoramientos barriales, como arreglos de cordones, cunetas, apertura de calles, desmalezamiento. Se enviaron unos 60 millones de pesos, que sacaban del Banco Nación de Jujuy y, según testigos, se lo habrían llevado en bolsos y vehículos a la casa de Sala y a la sede de la Tupac. Como el caso del desmalezamiento estos arreglos eran imposibles de verificar, ya que si llovía al día siguiente los yuyos volvían a crecer».
Finalmente, la periodista explica la tercera causa — en la que efectivamente fueron aportados estos cuadernos– donde se investigan supuestos lavados de activos: «Esta causa sería un resumen de las dos anteriores, donde se investiga a supuestos empresarios que serían testaferros de Milagro Sala. Es decir se busca la ruta del dinero».
Dicha causa comenzó con la investigación de la AFIP seccional Córdoba –«la de Jujuy nunca investigó», dice Agostini– que fue elevada al ministerio Público de la Acusación de Jujuy. Lo mismo hizo la Oficina Anticorrupción, con una investigación propia. Es en esta causa donde ingresan los cuadernos del arrepentido. La investigación aún no fue elevada a un juez y, según la periodista, «está silenciosa, no ha tenido mucho movimiento en los últimos tiempos».
Agostini dice sobre los paralelismo con el caso de los cuadernos de Oscar Centeno: «Es el mismo modus operandi, anotaban todas las operaciones que hacían: la salida de dinero, dejaron la huella de la prueba acá también. Además, como en el otro caso, se usaron bolsos».
Para la periodista, estos cuadernos eran más una «ayuda memoria» que una garantía de protección: «Todos tenían una agenda en su círculo íntimo, en uno de los cuadernos hay incluso escritos de puño y letra de Milagro Sala. ¿Por qué registraban todo si podían ser una prueba en su contra? Porque nunca pensaron que se iban a ir del poder».