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Se pone en marcha el Taller «Mujer y Discapacidad: Violencias Invisibles» en Tumbaya

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Se pone en marcha el Taller Mujer y Discapacidad: Violencias Invisibles en Tumbaya

Dentro del marco de las acciones por el Día de la Salud Mental se prevé la realización de capacitaciones en las localidades o municipios de regiones con altos índices de personas con discapacidad en las que la naturalización del incesto, los maltratos domésticos y la invisibilización y aislamiento de las personas son todavía parte de la historia de los pueblos.

Cabe señalar que estas acciones se enmarcan en una labor territorial de la Secretaría de Equidad y Promoción de Derechos del Consejo Provincial de las Mujeres, en conjunto con la Secretaria de Asuntos y Relaciones Municipales de la Jefatura de Gabinete

En la ocasión, el Taller se llevó a cabo en la localidad de Tumbaya, para focalizar la atención en la concientización y prevención de la violencia de género en la discapacidad, participando profesionales de puestos de salud, representantes de la Policía de la Provincia, la juez de Paz del lugar, referentes de instituciones intermedias, invitados especiales y público en general.

Cabe mencionar que en la capacitación se pusieron de relieve los números de asistencia y ayuda que posee el Gobierno de la Provincia a través del Consejo Provincial de Mujeres, que es el 0800 -888-4363 las 24hs, los 365 días del año, para poder asesorar y contener a las mujeres y los hijos en hogares en contexto de violencia de género., en una tarea articulada con la Secretaria de Niñez, Adolescencia y Familia.

El envejecimiento por ejemplo, genera diversidad funcional y por ello puede tener repercusiones potenciales de maltrato de personas mayores en los ámbitos familiar y social, en el cual la mayoría son mujeres. Las proyecciones sugieren que no sólo continuará incrementándose, sino que también la franja de personas mayores que está por sobre los 75 años también crecerá, con el consiguiente riesgo para los problemas de salud y con demandas de cuidados que también se incrementarán.

En la actualidad, las familias continúan siendo las que brindan cuidados en primer término y por mayor tiempo a las personas mayores o con discapacidad.

Este apoyo permite que éstos últimos permanezcan en su entorno familiar. Pero esta situación, si bien por un lado beneficia a la persona mayor que puede continuar conviviendo con su entorno afectivo, por otro, puede estar acompañada por un riesgo creciente de perpetrar algún tipo de abuso y/o maltrato.

Las mujeres mayores y las mujeres con discapacidad corren un riesgo particular de sufrir abusos, pero, en gran medida, su situación permanece oculta en la mayoría de los datos mundiales y nacionales relacionados con la violencia, según dos nuevas publicaciones difundidas hoy por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este Organismo sanitario está pidiendo una mejor investigación en todos los países, a fin de ayudar a garantizar que se contabilicen estas mujeres y se comprendan y aborden sus necesidades específicas.

Sabiendo que las mujeres convencionales 3 de cada 10 ha sufrido abusos en su infancia, casi siempre sexuales de distinta índole de acción.

Pero las mujeres con discapacidad 3 de cada 5 de ellas han sufrido estos abusos.

Las mujeres mayores y las mujeres con discapacidad están insuficientemente representadas en gran parte de las investigaciones disponibles sobre la violencia contra las mujeres, lo que lleva a veces, la incapacidad de los programas para satisfacer sus necesidades particulares.

Por eso se trabaja para poner fin a la violencia en todas sus formas y comprender cómo las diferentes mujeres y niñas se ven afectadas de distinta manera, y determinar si acceden a los servicios y cómo lo hacen.

La violencia sexual y de pareja son las formas más comunes de violencia de género en todo el mundo, y afectan aproximadamente a una de cada tres mujeres.

Las mujeres mayores y las mujeres con discapacidad siguen siendo objeto de este tipo de violencia, pero también afrontan riesgos específicos y otras formas de abuso, en ocasiones a manos de cuidadores o profesionales de la salud.

Esto incluye comportamientos coercitivos y controladores, entre ellos la retención de medicamentos, dispositivos de asistencia u otros aspectos de la atención, y el abuso financiero.

Un estudio realizado por la OMS reveló que, entre las mujeres de 60 años o más, la violencia física y/o sexual por parte de la pareja seguía siendo la forma de abuso más frecuente. Sin embargo, a medida que sus parejas envejecían, algunas mujeres informaron de un cambio, de la violencia predominantemente física y/o sexual, a la violencia psicológica, incluida las amenazas de abandono y otros comportamientos controladores.

Las mujeres mayores y las mujeres con discapacidad pueden hallarse extremadamente aisladas cuando se producen los actos de violencia, y en tales circunstancias les resulta difícil escapar y denunciar el abuso.

Al respecto, la Secretaria de Equidad y Promoción de Derechos, Victoria Luna Murillo, resaltó la importancia de trabajar en la prevención de la violencia de género a través de esos talleres, ya que la violencia hacia las mujeres con discapacidad es una problemática social que estuvo invisibilizada durante muchos años. Ciertos factores socio culturales contribuyeron en gran medida a limitar la atención hacia este grupo y, por ende, dificultaron su detección.

Indicó que esa invisibilidad ha perpetuado una situación en la que existen formas múltiples de discriminación contra las mujeres y las niñas con discapacidad.

Así también, remarcó la línea telefónica de asistencia y ayuda 0800 -888-4363, donde se las contiene y asesora a las mujeres víctimas de violencia mediante un equipo de profesionales.

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